Hace unos días leí un estudio que realizó ASIMELEC, el cual decía que sólo un 60% de las pymes cumplen con la Ley Orgánica de Protección de Datos. Esto crea cierta inseguridad a las personas que confían sus datos a las empresas, ya que una vez facilitados desconocen el fin para el que van a ser destinados, pudiendo como poco, aparecer cualquier día en un contenedor de basura, como ya se ha dado el caso.
Por eso las empresas deberán hacer un esfuerzo adicional para adecuar su sistema de trabajo al nuevo Reglamento de la LOPD, de este modo transmitirán un mensaje de confianza a todos los clientes que hayan facilitado sus datos personales, para realizar cualquier acción.
Por otro lado, cada día más ciudadanos empiezan a ser conscientes de este ir y venir de información de personas físicas y están denunciando el traspaso de datos personales de una empresa a otra sin su consentimiento. Este tránsito de información hace que se sientan más vulnerables ante la sociedad. Esta es la razón que a llevado a la Agencia Española de Protección de Datos a poner sanciones de cantidades muy elevadas a la persona, personas o empresas que vulneren este derecho.
Las empresas tienen que tener presente que la aplicación de esta Ley en un primer momento puede generar un desembolso, pero el beneficio se verá recompensado a largo plazo. En un principio, el ahorrarse la sanción. Y más adelante, tener la tranquilidad de saber que los datos confidenciales y la información de la empresa están protegidos gracias a la LOPD; transmitir una buena imagen a sus clientes, empleados, proveedores, … ya que una buena imagen siempre deriva en beneficios. Y para las empresas que les interese adquirir certificaciones, como por ejemplo son las normas ISO, esta Ley puede ayudar a cumplir con las exigencias que requieren.