Un reciente estudio elaborado por la consultora Harris Interactive revela la preocupante cifra del número de empleados que estarían dispuestos a vender información corporativa con una finalidad clara: el beneficio propio.
Parece ser que la lealtad a una empresa, o cualquier principio ético, pueden ser comprados por una módica cantidad de dinero, principalmente cuando se mezclan con situaciones problemáticas en la empresa, como despidos o bajas. El 14% de los encuestados admiten que copiarían datos electrónicos y archivos para llevárselos cuando se vayan de la empresa, además de mostrarse cómodos en caso de que tuvieran que vender esa información confidencial por Internet, sin importar el destino final y su uso posterior.
No solamente una empresa está sometida a ataques externos de Hawking; el peligro puede encontrarse en su interior. El acceso a la documentación está al alcance de una serie de usuarios que incluyen empleados, personal externo, socios comerciales o proveedores. Las infraestructuras en las que se trabaja cada vez son más amplias y complejas, pero también más accesibles.
La información confidencial exige controles de acceso, niveles de clasificación de documentos según la sensibilidad de los datos y un preciso seguimiento de las normas en vigor. Se han invertido décadas tratando de trabajar en redes cada vez más extensas y fuertes frente a intrusos. Pero estas medidas han sido diseñadas para frustrar únicamente el acceso no autorizado, dejando libre el acceso autorizado. Es necesario crear una conciencia en empresas y organizaciones para aprovechar los recientes casos de fugas de información o incidentes con datos personales para analizar el impacto que tendría si saliese a la luz información confidencial de su negocio por no tener las medidas necesarias a tiempo.
Áudea Seguridad de la Información
Iván Ontañón Ramos
Departamento Legal
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