Sophie Sanz es, desde 2012, directora jurídica de Yves Rocher España, la marca de origen francés de cosmética natural. Sanz desempeña este cargo después de haber sido responsable del Departamento Jurídico de dicha empresa, así como de otras también conocidas compañías en el sector del retail como Kiabi y Alain Afflelou.
En Áudea hemos tenido la oportunidad de conversar con esta licenciada en Derecho especializada en Propiedad Industrial.
Pregunta: ¿Cómo es el día a día de una abogada en una empresa de cosmética? ¿Cuáles son sus principales cometidos y áreas en la que presta sus servicios?
Respuesta: Mi día a día se centra principalmente en la gestión de riesgos jurídicos ligados al desarrollo del negocio de Yves Rocher en España con el apoyo de un equipo jurídico experto y proactivo tanto interno como externo. Para ello es esencial un conocimiento y comprensión profundos de la empresa y de todas sus áreas que solo es posible con una excelente comunicación y colaboración con el cliente interno, es decir, con todos los departamentos de la organización, aunque principalmente se centra en el área de ventas, finanzas, marketing y operaciones.
No obstante, no es siempre fácil hacer entender a los operacionales la importancia de un buen asesoramiento preventivo y proactivo frente a una función más reductora del área jurídica limitada exclusivamente a la resolución de conflictos. Por ello nos esforzamos diariamente en entender y conocer la actividad para forjar las relaciones con nuestros clientes internos que nos permitan dar valor al negocio.
El hecho de que mi empresa esté en el sector de la cosmética no difiere en gran medida de otras empresas del sector retail, lo que sí, como mujer, lo hace más atractivo al tratarse de una empresa dedicada a la belleza de la mujer.
P: Según hemos leído, Yves Rocher, que hoy está presente en 88 países repartidos por los cinco continentes, surgió como un negocio de venta por correspondencia de productos naturales.
R: Efectivamente, Yves Rocher fue fundada en Francia en 1959 y cuenta con alrededor de 2.600 establecimientos repartidos en más de noventa países. La compañía pertenece al Grupo Rocher, que también opera con las marcas Petit Bateau y Flormar. La cifra de negocio del grupo asciende a más de 2.000 millones de euros y su plantilla alcanza los 16.000 trabajadores
P: ¿Cuál es el proyecto / cometido más desafiante al que se ha enfrentado en Yves Rocher?
R: El más desafiante, sin duda, ha sido hacer evolucionar el área de asesoría jurídica hacia una función más estratégica dentro de la organización que permita dar valor añadido al negocio a través un acompañamiento de la función jurídica más globalizada. Para ello era necesario crear una dirección jurídica independiente y desligada jerárquicamente del área financiera, departamento en el que históricamente estaba integrada pero manteniendo siempre un fuerte vínculo.
P: ¿Qué le ha aportado Yves Rocher a su carrera profesional?
R: Crecimiento profesional, principalmente por entender la función jurídica como parte integrante del negocio lo que me ha permitido acompañar a mi empresa en decisiones estratégicas. Sin olvidar, por supuesto, el enriquecimiento en la dirección y gestión de equipos.
P: Ya ha entrado en vigor en Reglamento General de Protección de Datos y en un año comenzará a aplicarse. ¿Cómo están viviendo en Yves la adaptación al RGPD? ¿Cuáles son los cambios más significativos que han tenido que realizar o realizarán a raíz de la entrada en vigor del RGPD?
R: Hay que tener en cuenta que Yves Rocher es un grupo con sede en Francia, y que en España hace muy poco que se ha publicado el anteproyecto de la nueva ley de protección de datos.
Todavía estamos analizando el impacto global de la nueva norma y planificando la coordinación para llegar a tiempo de la fecha límite.
En todo caso, Yves Rocher ya tiene un grado de madurez muy alto en el cumplimiento de la normativa de protección de datos y estamos seguros de que llegaremos a tiempo.
P: ¿Entienden la protección de datos como una imposición legal o como un elemento diferenciador de Yves Rocher, es decir, algo que les ayuda a ser más competitivos?
R: Si te soy sincera, un poco de ambas.
Por un lado, la privacidad es algo que cada día preocupa más a nuestras clientas, y es algo que valoran. Una empresa sin una sólida política de privacidad no puede ser competitiva.
Pero también es cierto que algunas obligaciones de la norma no aportan mucho desde la perspectiva de los usuarios, generando rechazo y desconfianza.
Aún se percibe cierta distancia entre el concepto de privacidad para los usuarios y el entendido por el legislador.
P: Hablemos un poco de Áudea… ¿desde hace cúanto tiempo Yves Rocher trabaja con Áudea? ¿Qué destacaría como elemento diferenciador de nuestra compañía?
R: Yo llevo muchos años colaborando con Áudea, no sólo en Yves Rocher, sino en las anteriores empresas en las que he estado.
Concretando en el caso de Yves Rocher, si no me falla la memoria, llevamos trabajando juntos desde 2011 en esta materia tan compleja y que requiere un alto nivel de expertise tanto jurídica como técnica.
El equipo de Áudea siempre transmite mucha confianza y es especialmente reactivo. Además, cuesta encontrar profesionales que dominen su área y se desenvuelvan con facilidad frente a departamentos que tienen un lenguaje propio, como Marketing o Sistemas.
Equipo de Marketing de Áudea Seguridad de la Información