Recientemente hemos analizado varias noticias sobre el gran avance que están teniendo los sistemas de reconocimiento biométrico a nivel tecnológico. Desde usar la actividad cerebral como contraseña, la identificación biométrica de la oreja o la voz en dispositivos móviles, a los sistemas de reconocimiento facial de Windows Hello, parece claro que los sistemas de contraseña basados en características físicas personales son el futuro de los sistemas de seguridad a corto plazo. Hoy nos llega desde China la última novedad en este campo: cajeros automáticos con sistema de reconocimiento facial.
Investigadores y equipos de ingeniería de la Universidad de Tsinghua (China), junto a especialistas de la compañía Tzekwan, expertos en equipamiento para transacciones bancarias, han creado el primer ATM (Automated Teller Machine) o cajero automático con un sistema de reconocimiento facial incorporado.
El cajero, mediante el uso de una cámara integrada, analiza las características biométricas del rostro del usuario, y lo compara con una base de datos. Si el resultado del contraste entre las bases de datos es correcto, el cajero habilita la realización de transacciones. Mediante este sistema se pretende reducir los accesos no autorizados a cuentas de clientes, eliminando sistemas de clonado de tarjetas o actos similares.
El sistema no se limita, por otra parte, a un incremento en la seguridad para sus clientes. Mediante el mismo sistema de reconocimiento óptico implementado para los rostros, se realiza un análisis de cada billete introducido en el cajero, comparando los números de serie con los listados de los bancos centrales. De esta manera, se habilita la posibilidad de saber si un billete es falso, y qué cliente lo ha introducido en el sistema bancario. Se pretende, así, reducir, en la medida de lo posible, la falsificación de moneda y su expansión a través del sistema, así como la persecución de estos delitos.
Se plantean, sin embargo, dudas para su implementación. El sistema, aún sin optimizar, es económicamente muy costoso, y, además, obligaría a recoger registros biométricos de todos los clientes de la entidad bancaria. Además, dichos registros se encontrarían completamente sometidos a la Ley Orgánica de Protección de Datos, lo que conlleva una serie de requisitos técnicos y de implementación legal de gran calado.
Desde Áudea Seguridad de la Información queremos recordar que todo avance tecnológico debe ser siempre analizado desde un prisma técnico y legal, que permita una correcta implementación de estos sistemas. Solo así la tecnología biométrica podrá considerarse como un gran avance para la sociedad.
Áudea Seguridad de la Información