El ingeniero de ventas rumano, Bogdan Mihai Barbulescu, fue despedido por el uso de la herramienta Yahoo Messenger, ya que a través de esta hablaba con sus contactos personales además de los profesionales.
Esta decisión se debió a que la empresa donde trabajaba prohibía el uso de estos medios de comunicación para fines personales. Como las empresas pueden controlar las actividades y comunicaciones que tienen los empleados durante su jornada laboral, se dieron cuenta que Barbulescu daba un uso personal al Yahoo Messenger.
Este caso fue llevado ante los tribunales ya que el ingeniero argumentaba que la empresa había violado su derecho a la privacidad.
Finalmente el Tribunal le dio la razón a la empresa ya que esta monitorizaba conversaciones que ella consideraba profesionales cuando se encontraron aquellas que hacían alusión a la vida privada del trabajador.
Se establece que una empresa puede acceder a las comunicaciones que realicen sus empleados a través de los equipos y herramientas, siempre que hayan sido informados previamente y siempre que no se vulnere el derecho al secreto de las comunicaciones y a la intimidad personal. Aunque los trabajadores cuenten con derecho a la intimidad y privacidad esto es razonable cuando están usando medios proporcionados por la empresa y no se puede imponer cuando el uso de estos van en contra de las instrucciones establecidas por la compañía para su uso.
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