Recientemente hablábamos del hackeo de un grupo de televisión francés por parte de una célula vinculada al islamismo, en lo que se ha considerado como el primer ataque de ciberterrorismo de la Historia. La respuesta por parte del Gobierno Francés a estos hechos y los ataques a la revista Charlie Hebdo del pasado mes de enero, no se ha hecho esperar.
El pasado día 5 de mayo, la Asamblea Francesa aprobó, con 438 votos a favor y 83 en contra, la llamada Ley de Información, cuya finalidad es la persecución del terrorismo, principalmente de corte islámico, tanto en su territorio físico como en la red.
La reforma supone una gran ampliación de los poderes de vigilancia concedidos a los servicios de inteligencia franceses, que a partir de ahora podrán intervenir las telecomunicaciones sin necesidad de autorización judicial. Los servicios de inteligencia podrán recoger grandes cantidades de datos de sus ciudadanos sin ningún tipo de control judicial, en pro de la seguridad ciudadana y la lucha contra el terrorismo. Este hecho ha generado gran polémica en el país galo, nación con grandes tradiciones de libertad para sus ciudadanos, que se ven ahora limitadas por las nuevas medidas de seguridad. Esta polémica no es sino un reflejo nacional del choque de argumentos que se está produciendo a escala europea, con los gobiernos centrados en ampliar sus controles, y los reguladores de protección de datos y algunos organismos planteando sus dudas acerca de la legalidad de dichas actuaciones.
Se trata de un momento crucial, en el que se ponen en contraste la seguridad ciudadana y la privacidad, y que deberá ser tratado con el mayor cuidado, valorando los bienes y derechos puestos en la balanza. El fruto de este debate puede marcar la normativa que surja en los próximos años a este respecto y la deriva en la política interna y externa de la Unión Europea.
Áudea Seguridad de la Información