Lo que empezó siendo un ágil buscador de páginas web es hoy una enorme empresa cuyos dominios se extienden por todas las áreas. Su presencia en múltiples sectores del mundo online convierte a Google en uno de los grandes colosos de Internet.
Al crear una cuenta en Google, debes marcar una casilla que dice “Acepto las condiciones del servicio y la Política de privacidad de Google”. ¿Te has parado a leerlos alguna vez? Son muy pocos los usuarios que se detienen a leer el detalle de la aceptación. No obstante, contiene detalles con los que quizá no estés de acuerdo.
Por ejemplo: “Recopilamos información para ofrecer mejores servicios a todos nuestros usuarios: desde determinar información básica, como el idioma que hablas, hasta datos más complejos, como los anuncios que te resultaran más útiles, las personas que más te interesan o los videos de YouTube que te gustan.”
Realmente, está en tu mano decidir si prefieres ceder tu intimidad en pos de un servicio “gratuito” completamente personalizable, o si por el contrario, te inclinas por preservar tu intimidad en Internet.
Ahora bien, Google es consciente de que esta Política puede generar discusión entre sus usuarios, por lo que mantiene una transparencia bastante decente al respecto. Afortunadamente, puedes ejercer tus derechos de una forma relativamente sencilla. La contrapartida es que si te dedicas a eliminar todos esos datos que hacen de tu cuenta una mina de oro, también te quedaras sin muchos de los beneficios que Google ofrece a cambio. Por ejemplo, si ocultas/eliminas la opción de registro de YouTube, su motor de recomendación de contenido similar al visualizado no funcionara correctamente.
Fuente: Revista ‘Computer Hoy’, número 431, año XVII, 2015.
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