El estadounidense Albert González, acusado de haber robado los datos de millones de tarjetas de crédito, ha sido condenado por un tribunal de Boston, Massachusetts. Descediente de cubanos, con 28 años de edad, decidió declararse culpable con el fin de reducir en los posible la condena de entre 17 y 25 años de cárcel que se preveía le podía ser impuesta.
Finalmente, un tribunal federal de Boston le ha condenado a 20 años de cárcel por lo que la propia juez, Patti Saris, ha catalogado como «el más importante robo informático de la historia de Estados Unidos».
Todo comenzó en 2006, cuando Albert González junto a dos cómplices rusos, se apoderaron de los datos bancarios de millones de personas, y los utilizaron para hacerse con un botín de 2,7 millones de dólares. Ahora, y según ha aceptado el condenado durante el proceso, tendrá que devolver ese importe a las víctimas de su acción fraudulenta. Al parecer, los tres crackers consiguieron depurar su técnica de ataque hasta lograr saltarse las protecciones habituales en las redes corporativas e incluso borrar los rastros que toda acción de este tipo puede dejar.
La defensa de Albert González había alegado que su cliente sufría un cierto tipo de autismo, alegación que ha sido rechazada por el Fiscal, que se ha remitido a las valoraciones hechas por los peritos y de las que no se desprende que el condenado tuviera signo alguno de enfermedad. Asimismo, el Fiscal considera que la acción por la que ha sido condenado formaba parte de un «plan aún mayor a largo plazo».
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